Estoy harto de tus quejas. Harto de tus reproches.
Día y noche siento tu desdén.
¡Eres lo peor! me dices.
¡Maldito seas! me dices.
¡Quítame las esposas y déjame ir, te lo suplico! me dices.
Estoy harto de tus quejas. Harto de tus reproches.
Día y noche siento tu desdén.
¡Eres lo peor! me dices.
¡Maldito seas! me dices.
¡Quítame las esposas y déjame ir, te lo suplico! me dices.