Hay un monstruo debajo de mi cama. Hace mucho escándalo, me persigue por doquier y me aterroriza todos los días. Mis padres me aseguran que no tengo nada de qué preocuparme, que tan solo son niñerías, pero yo sé de lo que hablo. Sólo yo me percato de cómo el monstruo se apodera lentamente de nuestras vidas y a mí me arrebata todo lo que considero más preciado. Maldito sea el día en que mis padres lo trajeron del hospital y en mi cuarto instalaron esa cochina litera.