Un día en el bosque, los animalitos se percataron de que una mariposa que se había postrado en una orquídea silvestre llevaba mucho tiempo sin moverse. Aun cuando todo el néctar de la flor se había secado y el sol se escondía y volvía a salir una y otra vez, la mariposa se mantuvo quietecita en su lugar.
Preocupado por la mariposa, el gusano le preguntó qué sucedía, pero ella se negó a responder. Lo mismo ocurrió cuando la polilla, la hormiga y la luciérnaga le preguntaron. No fue sino hasta que la araña le rogó que le dijera por qué no se iba volando, que la mariposa, con un profundo suspiro, respondió:
— ¿Has escuchado alguna vez sobre la teoría del caos?